miércoles, 11 de mayo de 2016

LOS MENHIRES DE VALDOLEA

La vega del río Camesa, fue colonizada hace unos 5000 años, ósea a finales del Neolítico, cuando grupos de agricultores y ganaderos, se asentaron en sus riberas.


Dentro de su incipiente organización social, instalaron en sus vegas y montes numerosos menhires. En nuestros días, solo conservamos 8 de estos menhires. Estos, están colocados, prácticamente en línea  recta, con una orientación en sus caras principales del suroeste, que coincide genéricamente con el recorrido del sol, durante el equinoccio de verano, lo que hace pensar en ritos solares. Aunque otras opiniones especulan acerca de su utilidad como marcadores territoriales.

También es significativo el hecho de que no coincida su composición, con la del suelo que las sustenta. La arenisca de Triásico, de la que están compuestos, sobre las calizas que los sustentan, hace pensar en que fueron transportados desde otros lugares. 


Esto ha dado origen a la llamada RUTA DE LOS MENHIRES DE VALDOLEA. La mencionada ruta, comienza en la capital de Valdolea, Mataporquera, y discurre a través de 13 Km., hasta Mata de la Hoz.
La iniciativa de la creación de esta ruta, fue promovida, en 1998, por diversas asociaciones defensoras del patrimonio cántabro, y en el año 2000 se inició, en el mes de julio, los trabajos necesarios  para su realización.

El Ayuntamiento de Valdolea, pertenece a la Mancomunidad de Campoo-Los Valles, ubicada en el Suroeste de Cantabria, limítrofe con Palencia.

La ruta comienza, como hemos citado, en Mataporquera, junto a la Iglesia de Santa Eulalia y el cementerio. Allí tenemos el primer cartel anunciador del sendero, bautizado como PR-S.61.

El primer cartel e inicio de la ruta, nos señala que a 2,2 Km. tenemos el primer menhir: Piedrahita o El Cañón, llamado así  porque estaba inclinado y tenia ese aspecto. Para llegar a el, tras ver las indicaciones, bordeamos el cementerio, y ascendemos por una pista asfaltada, hasta la depuradora.


Desde allí, una pista de tierra nos lleva hasta una bifurcación de pistas, en donde encontramos otro cartel informativo. Esta vez, nos indica dos direcciones: Hacia la derecha tenemos El Cañón, y de frente El Peñuco.
Vamos primero a la derecha, y tras subir un corto pero fuerte repecho, lo encontramos justo en medio de la pista, entre pinos de repoblación. Su altura total es de 3,68 m., estando visibles 2,55 m.

Bajamos  el repecho, y a la derecha seguimos la indicación hacia el otro menhir: El Peñuco. Este es el peor trozo del recorrido, pues al llegar a una fortísima pendiente, y ya con el menhir a nuestra vista, tenemos que trochar, hasta llegar otra vez a la pista,  junto al menhir. Tiene una altura total de 4 m. y la altura visibles es de 2,75 m.


La pista de parcelación, a la que hacen referencia el cartel indicador, se ve unos metros más abajo, pero no tenemos buen acceso.
Frente al cartel indicador del menhir, sale una pista perpendicular a la que traíamos, y en ligero descenso, que es la que tenemos que coger, y siguiendo todo derecho, nos lleva al siguiente menhir: El Cabezudo.




Según vamos por esta pista, llana y perfecta, vemos enfrente y a nuestra izquierda, el siguiente menhir: El Cabezudo. Está  en una loma y no tiene acceso más que atravesando campo a través. Su altura total, es de 4,85 m. y su altura visible es de 3,85 m.

Retomamos la pista y continuamos, en línea recta, hasta una bifurcación que encontramos, en la cual está el hito señalando, hacia la izquierda. La pista nos lleva hasta otra bifurcación de pistas, a escasos 20 metros de la carretera, frente al pueblo de La Cuadra, se encuentra el siguiente menhir: La Llaneda.  Esta sujeto con un armazón de hierro, ya que se encontró derribado  y trasladado de lugar, así que no se conoce su ubicación original. Se ha colocado en este lugar, por ser de fácil acceso.




Frente al menhir, hay unos matorrales y árboles, si los bordeamos y miramos de frente, vemos, a unos pocos metros, el siguiente menhir: La Puentecilla. Desde la carretera, tomamos un acceso a un prado, y tras cruzar el arroyo, subimos hasta el menhir. Es de los más pequeños, 2,35 m. habiendo sido restaurado, ya que estaba partido en dos trozos.




Tomamos la carretera hacia Olea, y a unos 2 km., tras una ligera subida y una curva a la izquierda, (se ve el mesón de Cassasola), justo a la izquierda tras una alambrada, que no portillo, vemos un montoncillo de piedras, siguiendo el camino, tras pasar la alambrada, llegamos a los menhires: La Matorra I y La Matorra II.



Están los dos juntos, separados unos 5 metros, y son  los más pequeños 1,60 y 2,20 m., siendo visibles 1,60 y 1,80 metros respectivamente.

Seguimos hacia Reinosilla, pasando junto al mesón mencionado antes. Dejamos el pueblo a la izquierda y tras una curva a la derecha,  a la altura de unas señales de tráfico, vemos a la derecha La Laja Megalítica, haciendo de puente sobre un arroyo. Desandando el camino por la carretera, y en el otro lado vemos otra laja, por lo que es de suponer que formaban parte de un dolmen.



Volvemos hacia Reinosilla, y en la curva mencionada anteriormente, a la derecha  vemos una pista perfectamente acondicionada y el cartel anunciador del último menhir: Peñahincada, a 700 metros. 



También se le conoce como “El menhir de Sansón”. Cuenta la leyenda del lugar, que lo lanzó Sansón desde una montaña cercana… Sin comentarios. 
Tiene una altura total de 3 metros y son visibles 2,20 metros.   

OBSERVACIONES:  Como se ha indicado, la ruta mide 13 km., Aunque puede hacerse andando, en esta ocasión se hizo en bicicleta. Hay que llevar agua, ya que la zona es muy árida y no tiene apenas sombra.


TEXTO E IMAGENES:    José Casado   (JOSAMEZ)
DOCUMENTACIÓN:   ADEVAL (Cuadernos de Campoo), Ayuntamiento de Valdolea), Revista Iberica.

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